La Hermandad Matriz en los orígenes de la devoción rociera


Historia del Rocío

Con los datos que poseemos, podemos afirmar la existencia de la Hermandad, al menos en el Siglo XVI, como lógica consecuencia de la importancia que iba cobrando el lugar y la devoción a Ntra. Sra. de las Rocinas, al encontrarse en tan privilegiado lugar, como era la encrucijada de caminos, que unía los puertos de Huelva, Cádiz y Sevilla, en que se encontraba la Ermita del Rocío. (Infante Galán afirma que ya en el siglo XV se rendían cultos a la Virgen y que, para atenderlos, surgió la Hermandad, que se estableció en la parroquia de Almonte).

Es de suponer que las autoridades civiles y eclesiásticas de la Villa de Almonte, en cuya Parroquia estaba erigida la Hermandad, quisiera fomentar el culto a la Virgen en ese lugar, que se encontraba a una distancia de quince kilómetros, lo que dificultaba la atención directa por parte de las autoridades locales. También por esa misma razón se acordó, a fines del siglo XVI, encomendar la atención al culto en la Ermita, a los Frailes Mínimos.

En todo caso, en 1653, fecha en que se proclama a la Virgen del Rocío, Patrona de Almonte, ya existía la Hermandad, entonces Cofradía, como se desprende del acta del patronazgo: ” Con toda humildad pedimos al Hermano Mayor y hermanos de la Cofradía de esta gran Señora, a los que no lo fuéramos, que nos asienten y escriban por tales en ella. ” En cuanto a las funciones que desempeñaría la Hermandad en sus primeros años de existencia, muy pocas podían ser, básicamente el cuidado de la Ermita y la celebración de los Oficios litúrgicos, en la Fiesta de la Virgen.